La Semana Santa de Jumilla

La Semana Santa en Jumilla representa uno de los mayores atractivos para quienes buscan disfrutar de un gran espectáculo estético. Todos los elementos del “atrezzo”: imaginería, terciopelos, bordados en hilo de oro, incienso, velas, flores, música, silencio…. , fluyen en un adecuado escenario de callejuelas y recovecos. Junto a ello la tradicional gastronomía, que se degusta estos días, es motivo suficiente para venir a descubrir Jumilla en estas fechas.

La Semana Santa ha sido declarada de Interés Turístico Nacional, desde el 26 de Noviembre de 2003 y Medalla de Oro de la Región de Murcia, concedida el 9 de Junio del año 2000. Es la principal festividad de las que se celebran en Jumilla, por su riqueza artística, colorido, devoción, entusiasmo y tradición con casi seis siglos de desfiles procesionales que la avalan.

La Semana Santa de Jumilla es la más antigua de la Región de Murcia, junto con Murcia capital, pues comienzan a celebrarse  en 1411, como consecuencia de las predicaciones de San Vicente Ferrer. Alcanza gran repercusión religiosa y social, al iniciarse en la villa la costumbre de celebrar procesiones, apoyándose en el pilar de los ocho sermones pronunciados por San Vicente en el patio de armas del castillo jumillense. El primer resultado fue la fundación de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario; encargada de organizar y fundar la procesión penitencial del Jueves Santo por la noche, que recorrería las retorcidas calles de la pequeña villa de Jumilla, cuando vivía todavía al cobijo de las murallas de su Castillo.

En 1511 se consigna dinero por parte del Concejo, para la celebración de las Procesión del Jueves Santo; se inician también las celebraciones y recorridos penitenciales del Vía Crucis, principalmente alrededor de las iglesias de Santa María y Santiago Apóstol. En 1521 ya se celebra en Jumilla la Procesión del Domingo de Ramos y la bendición de las palmas. En 1609 el Padre Lobo, franciscano del Convento de las Llagas de San Francisco, funda la hermandad de la Vera Cruz, que ha pervivido hasta nuestros días, siendo actualmente la más antigua de las que desfilan en la Semana Santa Jumillana; comenzó con la Participación de “Empalados”, ”Engrillados” y “Penitentes o disciplinantes”.

Las procesiones siguen ampliándose durante los siglos XVI y XVII, incluso tenemos datos de acompañamiento de música

en 1644, pero entramos en un periodo de decadencia de cien años, desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. A partir de 1848 la Semana Santa jumillana toma de nuevo impulso y se crean nuevas hermandades, principalmente la de Jesús Nazareno y secciones de esta, como la del Cristo de la Columna, los Armaos, San Juan y la Soledad. Nacen a finales del siglo otras tan importantes como las del Cristo de la Salud, la Verónica y la Magdalena.

En 1851 participa por primera vez la imagen del Cristo Amarrado a la Columna obra del inmortal escultor del barroco, Francisco Salzillo.

La Semana Santa de Jumilla cuenta con un rico patrimonio escultórico, con obras anónimas del siglo XVI, XVII y XVIII, desde Salzillo, hasta alcanzar el umbral de los siglos XIX y XX, con gubias tan importantes como José Planes, Ignacio Pinazo, Lozano Roca, Sánchez Lozano, Juan González de la Hera, y así hasta Francisco Hernández Navarro.

Los actos semanasanteros irrumpen con presentaciones, pregones, exposiciones, conciertos… que se inician en febrero, pero el Vía Crucis del Viernes de Dolores es el punto de partida de la Semana Santa de Pasión.

Despierta el Domingo de Ramos con la Procesión de las Palmas en la que un grupo de actores reviven la entrada de Jesús  y los Apóstoles a Jerusalén. Ese mismo día, por la tarde, desde el Convento de Santa Ana descienden hasta Jumilla a hombros y en un acto multitudinario, la venerada imagen del Cristo de la Columna. Siete kilómetros de distancia, volverán a recorrerse, en este caso para subir la imagen el segundo domingo del mes de mayo.

La imagen es recibida entre vivas y aplausos en la ermita de San Agustín, donde se encuentra Nuestra Señora de la Asunción, patrona de Jumilla.

El Martes Santo se celebra la Procesión Penitencial, con nazarenos ataviados con túnicas negras que portan las imágenes del Santísimo Cristo de la Vida y Nuestra Señora de la Esperanza. El hondo silencio y la oscuridad en sus callejuelas crea una atmósfera difícil de olvidar.

El Miércoles Santo, por la tarde en su tradicional emplazamiento de la plaza de Arriba, se representa el drama sacro El Prendimiento. Por la noche en la Procesión de Jesús Prendido, desfilan entre otros, los pasos de la Samaritana, de 1946, obra de José Lozano Roca;

La Oración del Huerto, cofradía fundada en 1928; la joven hermandad del Beso de Judas, imagen del escultor jumillano Mariano Spiteri, y cerrando la procesión San Pedro Apóstol, hermandad fundada en 1880 con una imagen de Roque López reemplazada años más tarde por la destrucción de la misma.

En la tarde del Jueves Santo las hermandades, con sus estandartes y bandas de música, al ritmo de pasadoble “Mantillas del Jueves Santo” desfilan por capillas e iglesias para visitar los Monumentos. Visten teja y mantilla las mujeres y túnica los hombres.

Por la noche, la Procesión de la Amargura, que se celebra desde 1411, fluye con bellas imágenes y el tesón de los anderos. La más antigua de nuestras procesiones se enriqueció y potenció en los siglos XVIII y XIX con la incorporación de la venerada imagen de Jesús Nazareno. Once hermandades y pasos que preside bajo rico palio bordado Nuestra Sra. de la Amargura.

El Viernes Santo por la mañana, arranca la Procesión del Calvario (siglo XVIII). Con la luz del día se acentúa el color de los terciopelos, brillan los hilos de oro; la percepción estética se enaltece.

Por la noche, en la Procesión del Santo Entierro, cuyos orígenes se remontan a 1609, el silencio y recogimiento es matiz predominante en su lento discurrir. Largas filas de cirios encendidos dejan su rastro de parafina en el asfalto. Cristos y más Cristos, yacentes y Crucificados, con escenas de dolor patentes.

Culmina la Semana Santa el Domingo de Gloria con la Procesión de Jesús Resucitado. El denominado “Encuentro” aúna a la multitud entre aplausos, suelta de palomas y polvora. Los armaos hacen “el caracol” tradición antiquísima que nos recuerda ritos ancestrales, la espiral, el comienzo y principio de la vida, de todo lo que se mueve, pero se renueva, porque no existe la muerte para el ser humano, sino una transformación, se muere para resucitar en Cristo, representando el símbolo de la Resurrección de Jesús.

Tras la procesión se  reparten cientos de kilos de caramelos entre los asistentes, poniendo el punto final con esta tradicional caramelada a la Semana Santa , sin duda los niños son los verdaderos protagonistas de esta lluvia de caramelos al expresar en sus rostros la emoción de este regalo tan dulce.

Feria y Fiestas en Honor de la Virgen de la Asunción

En la Carta Puebla concedida por Pedro I de Castilla en 1357, se concede a Jumilla quince días de Feria a partir de del día de San Martín, que se celebra el 11 de noviembre.

A principios del siglo XX se traslada a la segunda semana del mes de agosto, coincidiendo con la celebración de los actos en honor a la patrona de Jumilla.  En un principio la Feria giraba en torno a la compra de maquinaria y utensilios para el campo, pasando a ser una fiesta puramente patronal.

Fiesta de la Vendimia

La Fiesta de la Vendimia fue creada por iniciativa de un grupo de bodegueros en 1972. Reúne hoy a miles de visitantes atraídos por la singularidad de los actos y por la posibilidad de conocer de cerca la cultura del vino en todas sus vertientes: labores propias de la vendimia, la elaboración y sobre todo, la degustación.

Se suman otras actividades a las que el viajero no podrá escapar; el Concurso Nacional de Catadores de Vino, cabalgata infantil, la gymkhana del  chato o la Cabalgata del Vino, donde nadie se salva de terminar teñido con el granete manjar, Ofrenda de Uvas y Primer Mosto al Niño de la Uvas.  Organizada por la Federación de Peñas de la Fiesta de la Vendimia que integra unas cuarenta peñas. Estas fiestas están declaradas de Interés Turístico Regional desde 1980.

El vestuario de un pueblo es la idiosincrasia del mismo, y viene condicionado por la geografía, el clima y el medio ambiente, así como las posibilidades económicas de la gente del lugar.

El traje típico de Jumillana:

El refajo tejido de lana. Unos se adornan con puestos de terciopelo o telas plisadas, otros con bordados en lanas e hilos monocromáticos. También están los refajos de rayas verticales y horizontales en vivos colores cuyo único adorno son los dibujos que forma el tejido; este refajo se utiliza como traje de labor.

La armilla puede estar confeccionada enraso o terciopelo negro, incluso en algodón crudo natural. La camisa esta confeccionada en algodón con puntillas. El  Pañuelo, en lanilla con dibujos de cachemir o motivos florales. La Toquilla se coloca en el pelo de cabra negro o beige. El delantal en raso negro con puntillas de blonda al canto; y si se trata de los de labor son de algodón y se adornan con cadenetas o picunelas.

La mantilla, se utiliza la mantilla de cintón en las ceremonias religiosas. Son de raso negro y adornadas con terciopelo o bordados de igual color. Las Medias blancas caladas en el traje de lujo y en colores, lisas o listadas las de faena. El calzado con zapatos en panilla o popelin negro o alpargatas de cintas, pero siempre con suela de cáñamo. Debido  a encontramos en la España seca que usa esparto y cáñamo. Y el peinado consiste en un Moño de picaporte atrás y dos rodetes que cubren las orejas.

El traje típica de Jumillano:

Traje de faena.- Archivo del Grupo de Coros y Danzas Francisco Salzillo de Jumilla.

Traje de faena.- Archivo del Grupo de Coros y Danzas Francisco Salzillo de Jumilla.

El Pantalón es de mandil confeccionado en pana negra lisa o en paño pardo. Tiene un largo hasta el caer de la rodilla y botonadura de plata en el traje de lujo y de otros metales en los de labor. El Marsellés es el brocado de seda si es el de lujo y piqué de labor. La estructura es de cruzado con doble botonadura, solapa y cuello marsellés.

La camisa blanca de algodón con cuello de tirilla y manga larga. Una faja en raso con flecos de seda con el traje de lujo y de lana en el de labor. Unas Medias blancas en punto de molde de algodón. Las calzas son de algodón azul, pardo o beige. Están hechas de punto de molde y pertenecen al traje de labor.

EL sombrero de tipo calañés con tres borlas. Está realizado en paño y pana lisa negra. Para el frío se utiliza la capa española, con el traje de lujo y manta de cuadros o capote pardo con el de labor.

Festival Nacional de Folclore “Ciudad de Jumilla”

A mediados de agosto, Jumilla abre sus puertas  a la música y a la danza durante tres intensas jornadas. La céntrica plaza de la Glorieta es escenario en el que además se suceden otros actos: el desfile de sus participantes, la misa cantada por los grupos, y numerosas manifestaciones del folclore que discurren por las calles reviviendo con los cantes y bailes tradicionales, un viaje al pasado protagonizado por la cultura popular. Los atuendos de trabajo y de fiesta, las cancioncillas con los dichos populares, y las escenas de la vida cotidiana tradicionales, han cautivado año tras año  a los cientos de personas que han acudido al festival, siendo un espectáculo de interés turístico para los visitantes, que en estas épocas nos visitan. El vino y la rica gastronomía local que aderezan los actos.

Moros y Cristianos

Celebradas por primera vez en el año 1616 en honor a su patrona, la Virgen de la Asunción, las fiestas de Moros y Cristianos, resurgen tras un largo paréntesis, a partir de 1.987. El calendario  de actos se desarrolla durante tres jornadas, en la que se sucede  la procesión de la Virgen, la reconquista del mismo por el bando cristiano y por último el gran desfile de ambos bandos.

La Asociación de Moros y Cristianos  organiza las celebraciones que giran en torno al día 15 de agosto, festividad de la Patrona de Jumilla, donde marchas moras y pasodobles cristianos amenizan y dan colorido a las calles de Jumilla.